Esta semana hice una pausa en el entrenamiento y me fui a pasar 4 días a la ciudad de Estrasburgo (Noreste de Francia).
Lo primero que me sorprendió al salir de la estación de tren, fue el inmenso parking de bicis que había en la plaza (no me imagino una cosa así en Atocha o Chamartín...).
El parking se quedaba pequeño; había bicicletas en todos los postes de los árboles, todas ellas atadas.
Lo segundo que me marcó, fue el excelente servicio de tranvías. Rápido y eficiente.
Los coches apenas se veían por el centro; predominan los otros dos medios de transporte.
Tengo entendido que hay más de 400 kms de carriles bici en la ciudad, practicamente en todas las calles los encuentras. Además cuenta con un servicio de alquiler al precio de 5 € al día (con descuentos para periodos más largos) y con parkings cubiertos y cerrados.
Las ciudades deberían tender a este modelo de transporte, adecuando sus calles al peatón-ciclista. Madrid es una jungla, y antes o después deberá (deberemos) cambiar los hábitos de transporte, relegando el coche a otros desplazamientos.
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